Ciudades sensibles al agua significa ciudades adaptadas al cambio climático
El agua hace parte de nuestro día a día, desde el vaso de agua que bebemos, la ducha que tomamos y el agua que descargamos en el inodoro, hasta el agua que salpica cuando salimos a la calle y está lloviendo.
Dependemos del agua y ésta afecta nuestro día a día.
Ésta relación es aún más clara cuando tenemos noticias sobre inundaciones y sequías en nuestra región. Pero falta algo...esta información se siente lejana, no hace parte de nuestro contexto urbano, ¿o sí?
Mira el siguiente mapa:
El agua fluye sin importar si está en zona rural o urbana.
La diferencia es que en zona rural, el agua se infiltra y recarga el agua subterránea, a medida que corre.
¿Pero en el urbano? No puede!
Tenemos cubierta de concreto cada superficie y entonces el agua corre por nuestras calles...sí las calles sucias que recorremos cada día, se acumula y su nombre deja de ser agua lluvia y se convierte en escorrentía.
Ahora, en esta reflexión incluyamos al cambio climático. Dos impactos importantes: Los últimos años han sido record por las temperaturas más altas de la historia y por la gran cantidad de lluvia que cae en un sólo evento de uno o varios días y no como antes, en eventos frecuentes pero menos intensos.
El resultado? Imagino que ya estas familiarizado con las islas de calor y las inundaciones de las ciudades no? Y si le sumamos la última noticia? La reducción global de biodiversidad...
Bueno pues ahí empieza a tomar forma el concepto de una ciudad sensible al agua...
¿por qué?
Porque incluye todos estos problemas y les da solución por medio de las soluciones basadas en la naturaleza.